domingo, 28 de febrero de 2010

Antonio Lizarazo Rondón: “El toreo para mí es vida”



Antonio Lizarazo Rondón es uno de los pocos toreros que ha tenido la región y que ha logrado hacerse notar en el escenario mundial de la tauromaquia. Radicado desde hace muchos años en Santa Marta, de paso por Cúcuta habló con La Opinión acerca de su vida y sus recuerdos en el mundo de los toros. Estas son sus palabras.

¿Cuándo y dónde nació usted?

Nací en Bochalema el 28 de enero de 1930.

¿Cómo fueron sus primeros años de infancia?

Un poco difíciles. Cuando murió mi padre mi mamá nos trajo para Cúcuta. Al llegar a esta ciudad pasamos las dificultades propias de las familias humildes, que tratan de sobrevivir en un lugar que les es extraño.

¿Cómo nace su pasión por los toros?

Antes de llegar aquí, en un pueblo de la provincia de García-Rovira llamado Encizo, vi, cuando tenía 5 años, una parodia de toreo, en la que se presentaron dos artistas, uno que hacía una puesta en escena para hacer reír a la gente y otro que sí toreaba, llamado ‘Chiripa’.

¿En ese momento se dio el ‘click’ que lo movió a querer ser torero?

Sí, ese día nació en mí, a tan corta edad, una pasión incontenible por ser torero. Yo veía en el toreo la salida mía para defenderme en el mundo.

Y, ¿qué pasó después?

Bueno, después de eso vi algunas películas sobre el tema en las que aparecían Lorenzo Garza y Luis Procuna,ambos toreros mejicanos. Oía hablar de ‘Joselito’ (José Gómez Ortega) y ‘Belmonte’ (Juan Belmonte), ambos toreros españoles. Era lo único que hacía por llegar a ser torero en ese momento.

¿Era difícil llegar a ser torero en ese momento, más para un joven del campo que no tenía ningún contacto con ese mundo?

Claro, era tan difícil que un día mi mamá me llevó a Labateca, estaban en las fiestas de la Virgen de las Angustias, para que yo le pidiera a la Virgen lo que yo quisiera. Cuando salimos de la iglesia mi madre me preguntó “qué le pediste a la Virgen”, y yo le respondí “le pedí que me ayudara a irme a España porque yo lo que quiero es ser torero”. Y ella me dijo “hijo, yo lo que le pedí es todo lo contrario, que le quite a usted esa fiebre que tiene por ser torero”. Hasta mi mamá no estaba de acuerdo con esa idea.

¿Cuántos años tenía para esa época?

En ese momento yo tenía unos 18 años, una edad en la cual los grandes toreros que yo admiraba ya eran grandes figuras. Yo a esa edad ya había agarrado con mis manos una capa, pero no sabía ninguna de las enseñanzas elementales sobre el toreo de salón, del toreo técnico, ni mucho menos me había puesto delante de un toro bravo, sino de toros llaneros y cebú.

Tengo entendido que usted antes de irse para España hizo un primer debut acá, en Colombia

Yo debuté como novillero en Capacho (Venezuela) en 1950, fueron dos tardes para el ‘Curro Lara’ (Antonio José Lara Yurgaqui, torero cucuteño) y yo.

¿Después de eso sí se fue para España?

Sí, yo tenía claro que allá era donde me podía abrir camino. Yo llegué a España para los primeros días de 1951, tenía 21 años.

¿Cómo hizo para llegar hasta allá?

Me fui con la ayuda de mi mamá que me había dado un carro para que yo lo manejara acá en Cúcuta llevando pasajeros a San Cristóbal. Cuando le terminé de pagar el carro lo vendí y me fui para el Puerto de La Guaira en Venezuela y zarpé rumbo a España.

¿Con cuánta plata en el bolsillo se fue usted para España?

Me fui con lo que me dieron por el carro que, si mal no recuerdo, fueron 600 bolívares. Con eso me pagué el viaje y aguanté los primeros días allá.

¿Cuántos años estuvo viviendo en España?

Estuve casi 10 años.

¿Qué fue lo más difícil en ese país?

Los inviernos me costaban muchísimo porque el frío era inclemente. Gracias a Dios conté con la suerte de poder viajar en los inviernos europeos a Colombia; mientras estuve allá me vine en 5 ocasiones. Viajaba en diciembre y volvía en marzo.

Cuénteme uno de los mejores recuerdos que se haya traído de allá

Una vez estando en Barcelona tomé un taxi y le dije al conductor que me llevara a un hotel que no fuera muy caro, pues no andaba muy bien de dinero. Ese día me llevó a un hotel que él dijo “era el de los toreros, pues yo sé que usted es un torero con sólo verlo”. Ese fue mi primer golpe de gloria en España. Ese taxista no supo el bien que me hizo con ese comentario. Con sólo verme ya sabía que yo estaba en el mundo de los toreros.

¿Allá en España contó con la ayuda de alguien?

Yo iba recomendado por un torero español que vivía acá en Cúcuta, Pepe Luis Álvarez Pelayo, quien tuvo buen nombre en el país, dándole la alternativa en Bogotá a Silverio Pérez. Pepe Luis me dijo “vete a España, a la provincia de Jaén y allá te presentas donde unos amigos míos que te van a ayudar un poco”. Eso era todo lo que llevaba para lograr abrirme camino en un mundo que me era extraño hasta ese momento.

Y sí fue adonde lo habían recomendado ¿o no?

Claro que sí. Cuando yo llegué a Jaén me presenté con los taurinos, fui al café donde ellos se reunían y conformamos una cuadrilla con un francés que vivía allá y trabajaba en un hotel, un venezolano llamado Fernando Herrera, tres españoles y yo. Éramos seis que queríamos ser toreros. Con esa cuadrilla debuté el 15 de agosto de 1952, pero debo reconocer que no tuvimos mucho éxito. Esa fue mi primera corrida allá en España.

¿Qué pasó después de ese primer intento con aquella cuadrilla?

Después de dejar esa cuadrilla toreé unas 5 novilladas más en todo el año de 1952.

Y, luego ¿qué?

Bueno, pues sucedió que una vez estaba almorzando en un restaurante de Linares cuando me abordó un banderillero viejo de allá de ese lugar y me dijo “Lizarazo, te están esperando para torear dos novillos y seis vacas”. Era una especie de capea en un pueblo cercano.

Me imagino que fue a torear.

Obvio, y aunque yo estaba muy golpeado por una paliza que me habían dado unos toros muy malos la tarde anterior, igual me fui y lo hice. Así empecé a ganarme un nombre, pero supe que allí no iba a llegar a ser tan grande como yo soñaba.

¿Qué hizo entonces?

Me fui para Salamanca porque vi que allá podía tener más posibilidades. Estando en esa ciudad llegué a ser novillero con picadores, lo que constituía para mí un paso más en mi sueño de ser torero

¿Recuerda algo de esa primera corrida con picadores?

Sí, fue con Paco Corpas y Manolo Sevilla.

Después qué vino en su vida.

Tuve la oportunidad de ir a Palma Mallorca después de haberme instalado en Salamanca, así que las cosas se iban dando pero no tanto como yo quería. Por esos días yo me le medía a todo porque sólo a través de las corridas es que se puede uno dar a conocer.

¿Cuándo tomó usted la alternativa en España?

Mi alternativa en España fue el 18 de septiembre de 1959 en Cazorla, en la provincia de Jaén. (Ver recuadro)

¿Quién fue su apoderado en España?

Nicanor Villalta, torero, fue mi apoderado un tiempo y eso para mí constituyó un verdadero orgullo.

Él fue un torero muy famoso.

Sí, por eso digo que es mi mayor trofeo, que él fuera mi apoderado.

¿Cómo llegó a darse eso?

Él me apoderó porque el ganadero Laurentino Carrascosa me llevó como cuatro veces a torear sus vacas y una de esas tardes, en las que me había encerrado con 5 vacas a las que yo enfrenté con seguridad y temperamento, me dijo “Lizarazo, ¿a ti te gustaría que te apoderara Nicanor Villalta?”, que eso ya era mucho más de lo que yo podía pedir. Yo le dije que sí, que me gustaría mucho que lo fuera. Él me dijo que esa misma noche hablaba con Nicanor y que al día siguiente en el desayuno cuadrábamos todo. Y así fue como mi apoderado llegó a ser Nicanor Villalta, que para mí representa un trofeo mucho más grande que todos los demás que me haya podido ganar en mi profesión de torero.

Una vez tomó la alternativa, ¿se vino para Colombia?

Sí, yo me vine de España a finales de ese años1959.

Y estando acá, ¿cómo le fue?

Pues acá en Colombia debuté el 6 de diciembre de 1960 en Bogotá en la plaza de toros La Santamaría, haciéndole un remplazo a Antonio Bienvenida. Yo estaba en Cúcuta y me llamaron para que fuera a torear. Esa tarde me sacaron en hombros de la plaza. Fueron toros de la ganadería de Clara Sierra y alterné con Manolo Pérez de Colombia y Gabriel España de Méjico. Veinticinco años después de esa corrida tuve la oportunidad de desayunar con ellos dos en Méjico.

¿Cuándo se retiró del toreo?

Mi último año en el toreo fue 1964, pues mi combustible del entusiasmo ya estaba muy disminuído.

Sólo duró 14 años, tenía usted 34 años apenas. ¿Qué pasó?

Me cansé. Llega un momento en el que uno se da cuenta que las fuerzas se van agotando y ya no se puede dar más, al menos no tanto como se desea. Además, el mundo del toreo en Colombia no es fácil, así que decidí retirarme.

¿Sabe usted cuántas orejas cortó en el ruedo?

Yo corté orejas en todos las plazas donde me presenté.

¿Qué países conoció gracias al toreo?

Visité España, Francia, Portugal, Tetuán en África del Norte que era un protectorado español y Venezuela.

¿Cuál fue el accidente más grave que tuvo en una plaza?

Yo tuve muchos accidentes mientras toreé, pero el más grave fue el 15 de agosto de 1954, en Soustons, al sur de Francia. Ese día recibí una corneada en la ingle que me tuvo mes y medio en una clínica. Era un toro de Salamanca de una ganadería de apellido Moreno. Alternaba esa tarde con Paco Corpas y Manolo Sevilla, ambos españoles. A los ocho días querían que volviera a torear sustituyendo a un torero mejicano llamado Miguel Ángel, me ofrecieron 300 mil francos de esa época, pero no pude, pues la corneada fue bastante grave.

¿Qué vino en su vida después del toreo?

Después de dejar el toreo me dediqué a la hotelería. Acá en Cúcuta tuve un hotel llamado Lord, en la avenida séptima entre calles diez y once. Lo inauguré en 1972 y lo vendí en 1983. Después de venderlo me fui a vivir a Santa Marta donde monté una cafetería con restaurante frente al mar. A mí me gusta el mar, me enamoré de él en Mallorca cuando visitaba el Mediterráneo.

¿Qué es el toreo para usted?

El toreo para mí es vida.

El mejor o los mejores toreros de todos los tiempos.

Domingo Ortega (Domingo López Ortega) y Juan Belmonte.

La mejor ganadería.

Santa Coloma, de España.

Los mejores toreros de los últimos años.

César Rincón y actualmente me gusta mucho Sebastián Castella de Francia.

La mejor plaza.

Las Ventas de Madrid.

¿Qué le dice a los que hablan mal de la tauromaquia?

A los que hablan mal del toreo les digo que nadie está obligado a ir a una corrida. Si no les gusta lo que allí adentro pasa, pues simplemente no vayan.

Toma de alternartiva

En la página web del Círculo Cultural Taurino “Toros Para Todos”, de Cazorla, en la Provincia de Jaén, España (http://torosparatodos-cazorla.blogspot.com), se puede leer que:

En 1959 tuvo lugar en Cazorla la única alternativa concedida en esta plaza. Se trata del espada colombiano Antonio Lizarazo, del cual os dejamos los siguientes datos:

Nombre: Antonio Lizarazo Rondón

Nombre Artístico: ‘El Ciclón Colombiano’

Lugar de nacimiento: Bochalema, Norte de Santander, Colombia

Fecha de nacimiento: 28 de enero de 1930

Alternativa: 18 de septiembre de 1959

Plaza: Cazorla (Provincia de Jaén), España

Padrino: Vicente Bravo ‘El Tino’

Testigo: Abelardo Vergara

Ganadería: Flores Albarrán, de Andújar, Provincia de Jaén.


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